Doblete montañero: Peñalara y Mondalindo

Este fin de semana largo Sergio y yo estuvimos haciendo un doblete montañero de lujo. El viernes aprovechamos para quedar con otros compañeros del Tierra Trágame para entrenar la carrera de este domingo 10 de mayo: la Media Maratón de Montaña Sierra de Segovia (esta prueba será la primera de la Copa de España de Carreras por Montaña).

Así, nos fuimos a las 9.30 a La Granja (Segovia) y desde allí enfilamos hacia arriba con intención de llegar al Pico Peñalara. El recorrido es precioso: empieza con una subida burra pero divertida, de las que hacen que los gemelos comiencen a hervir y sientas las piernas más vivas que nunca. Al rato llegamos a una praderita típica de la sierra de Guadarrama, a partir de la cual comienza el recorrido más técnico: el canchal final del Peñalara. Este viernes no pudimos subir porque estaba cubierto de nieve bastante dura y no quisimos arriesgarnos a caer (sobre todo en la bajada esto tiene su peligro).

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Por ello, decidimos volver hacia el pueblo y dar una pequeña vuelta de un par de kilómetros. Nos salieron 17km y 1160m de subida (con otros tantos de bajada).

El domingo, para redondear el fin de semana, se nos ocurrió acercarnos a Bustarviejo para entrenar el recorrido de la siguiente carrera que haremos: el Memorial Fernando García Herreros (será el Campeonato de Madrid de Carreras por Montaña). Hizo un día fenomenal, de los que piden a gritos salir a entrenar largo por el monte. Y eso precisamente hicimos.

Sergio en Cabeza Arcón (1549m)

Sergio en Cabeza Arcón (1549m)

Como no conocíamos bien el terreno la aventura estaba asegurada. La primera subida fue bastante bien ya que discurría por una senda muy clara y disfrutona. Pero a partir del primer pico empezó la fiesta. Nos perdimos buscando el cortafuegos por el que debíamos bajar (bastante técnico, por cierto), cuando por fin lo encontramos nos costó entonces seguir hacia la siguiente subida (hacia el pico Cabeza de la Braña, de hecho lo subimos por un pseudo-camino lleno de zarzas y matorrales) … Aventura en estado puro.

A partir de allí ya todo fue normal. Corrimos por la cresta hasta iniciar la subida al Mondalindo, desde donde disfrutamos de unas vistas fabulosas de todo Madrid: el Peñalara nevado, la Cuerda Larga, los montes de alrededor, … ¡incluso se veían las cuatro torres desde allí!

Pedro en la cima del Mondalindo

Pedro en la cima del Mondalindo

La bajada del Mondalindo también tuvo su miga. Bastante técnica y … ¡sorpresa! ¡Me gustó! Bajé a mi ritmo, sin darle mucha caña, pero puedo decir que disfruté mucho y me sentí bastante seguro. ¿Será el principio de una larga amistad? … ¿O tendré que decir aquello de «siempre nos quedará subir«?

Finalmente llegamos de nuevo al pueblo 4h45′ después de empezar. El tiempo en movimiento (sin contar pausas a buscar senderos, sacar fotos y recargar los bidones) fue de 3h40′ y nos salieron 24.5km. No está nada mal. Además, nos sirvió para reconocer el terreno de la carrera y poder pensar con tranquilidad dónde correr (aunque se puede correr casi todo el rato), cuánto empujar en ciertas partes, cuánto guardar para la última bajada … Bien, bien.

¡Ya tenía ganas de empezar con entrenamientos de este tipo!

Homenaje al campeón Fernando García Herreros en la cima del Mondalindo

Homenaje al campeón Fernando García Herreros en la cima del Mondalindo

PD: Y en breve … a patear de nuevo el recorrido del MAM, que este año añade la subida a Cabezas de Hierro. ¡¡¡MAM, MAM!!!