Ultra trail 100Kms del Sahara: Crónica personal del campeón, Raul García Castán, y de Alma Obregón (3ª)

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Los 100km del Sahara completaron hace dos semanas su 16ª edición. Aunque la carrera contaba con corredores muy curtidos, como el alemán Wittek cuatro veces campeón de la misma o el  italiano Bourifa (2h10 en maratón) la victoria fue para Raúl García Castán. Entre las mujeres, victoria clara de Alice Modignani, que sumaba su tercera corona, y podio para Alma Obregón.

Ocurre a menudo en una ultra trail multietapas en el desierto, la convivencia en la jaima deja un poso tan dulce o más que el puro reto deportivo. Así fue tambien para los cuatro españoles que allí estuvimos, Alma, Raúl, Luis Blanco y yo mismo. Aquí os dejo la crónica personal del campeón Raul y de la tercera mujer, Alma, los 100kms del Sahara vistos desde el podio. 

 100kms del Sahara 2014: Resumen de carrera, resultados completos y fotos.

Sahara: Campamento en Biden para Raul y Alma, ya líderes.

Sahara: Campamento en Biden para Raul y Alma, ya líderes.

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100KMS DEL SAHARA: CRÓNICA PERSONAL POR ALMA OBREGÓN (3ª) 

Hace poco más de una semana que aterrizamos en Madrid y aún estoy como flotando. Parece mentira pero echo de menos el desierto y la sensación de correr entre las dunas. Pero dejadme que comience por el principio…

Tunez: En la catedral católica, junto al monumento a la revolución 2011.

Túnez:  Monumento a la «primavera árabe» del 2011 que arrancó con la quema de este coche

El 27 de abril cogí un avión hacia Túnez acompañada por tres españoles: Luis Blanco (periodista deportivo y locutor del programa A Tu Ritmo, en Vinilo FM); Raúl García Castán (7 veces Campeón de España de Carreras por montaña); y Sergio Mayayo (editor de Carrerasdemontana.com). Los cuatro teníamos un objetivo: participar en los 100km del Sahara, una carrera por etapas que se celebra en Túnez y que este año se desarrollaba entre dos oasis, el de Ksar Ghilane y el de Douz.

Tras dos vuelos y un largo viaje en coche llegábamos el 28 de abril por la noche a Ksar Ghilane donde la carrera comenzaba al día siguiente. Debo confesar que estaba muy nerviosa: mi experiencia como corredora es en un 90% asfaltera y pese a que he corrido algunas carreras por montaña, me preocupaba que mis piernas no respondieran ante tanta arena y que el calor me pasara factura. Pero sobre todo tenía miedo a perderme. ¿Y si me desviaba del recorrido?

El día 29 a las 9 de la mañana comenzó la primera etapa de la carrera. El paisaje increíble, como de película. La dureza del recorrido, variable. Pese a mi miedo a las dunas, realmente lo más duro eran las partes de arena suelta que te obligaban a ralentizar la marcha. Para mi tranquilidad, el recorrido estaba perfectamente marcado, sin ninguna posibilidad de pérdida y, pese a que me encontré sola durante casi todos los kilómetros, en ningún momento pensé que podría perderme.

Salida de Ksar el Ghilane entre  las dunas

Salida de Ksar el Ghilane entre las dunas

La etapa terminó con unas dunas espectaculares, bellísimas. En mi caso me vi afectada por problemas estomacales debido a unos geles que me sentaron mal, pero conseguí recuperarme y ganar posiciones hasta acabar tercera de las mujeres. Esa primera entrada en meta, tras el calor que había pasado y el mal rato de los calambres en el estómago me emocionó tanto como si estuviera entrando en un estadio tras concluir un maratón. Al llegar al campamento y enterarme de que Raúl había quedado primero la alegría fue aún mayor.

Nuestro campamento, formado por tiendas bereber y los camiones de la organización, estaba en el medio de la nada, lo cual puede parecer malo pero realmente resultó ser una bendición, ya que desde allí se contemplaban el atardecer, las estrellas y el amanecer como en ningún lugar en el que haya estado. Qué belleza, qué belleza…

ultra trail 100km del sahara 2014 fotos mayayo (100)
Por la noche corrimos otros 7kms, esta vez en forma de contrarreloj nocturna, en un recorrido circular cerca del campamento. Fue divertidísimo, todos con los frontales, corriendo entre las dunas… Una experiencia increíble. De nuevo entré tercera y aquella noche al irme a dormir estaba aún alucinando. Yo, ¿tercera? ¡Si nunca jamás había logrado hacer podio en ninguna carrera!

El día 30 nos tocaba recorrer 30kms y lo que se prometía al inicio como una etapa más suave, ya que comenzaba por pista, se convirtió en un verdadero infierno, al menos para mí. La arena a partir del km 8 era muy blanda, suelta, lo que me obligaba a ir cada vez más lenta. Además, el calor fue aumentando y la falta de ningún tipo de brisa hizo que los 30kms se me hicieran eternos. Entré en meta acompañada por Sergio Mayayo, que corrió los últimos kms junto a mí y que fue un gran compañero. Sus “¡Aúpa neska!” fueron fundamentales en aquellos últimos metros.

ultra trail 100km del sahara 2014 fotos zitoway (44)

Aunque seguía tercera, aquella tarde fue la más dura de todas. Hacía muchísimo calor y todo el agua que había en el campamento estaba también caliente. Me mojaba el pelo cada dos por tres pero no conseguía que el calor que había acumulado por la mañana abandonara mi cuerpo.

Aún así estaba feliz, la experiencia estaba siendo maravillosa y Raúl seguía primero. Gracias a Dios empecé a recuperarme a media tarde, gracias a las risas con Raúl charlando de canciones de The Beatles, el debate con Luis sobre los Rolling Stones y las charlas literarias con Sergio. Pese a todo, me fui a dormir convencida de que no acabaría el maratón. Con ese calor lo veía imposible.

Salida etapa final hacia Douz

Salida etapa final hacia Douz

Y entonces sucedió el milagro. Refrescó por la noche y el día 1 de mayo, a las 7.30 de la mañana, cuando nos daban salida para la maratón había un airecillo maravilloso que me devolvió la esperanza… ¿y si realmente iba a poder hacerlo? Los pies los tenía muy mal, con ampollas bastante “chungas” en ambos dedos gordos y otros 4 dedos muy dañados (cuyas uñas perdí en el transcurso de la maratón), y sin embargo fue empezar a correr y olvidar todo dolor. En algún momento de la carrera el airecillo maravilloso se convirtió en una ventista bastante incómoda que nos obligó a correr tapados con buff y gafas de ventisca. Y pese a todo yo cada vez estaba más feliz.

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Etapa final, en los tramos de dunas hacia Douz bajo la ventisca de arena.

Aunque sufrí mucho entre el km 23 y el 29, cuando la chica que iba cuarta me alcanzó y tuve que apretar bastante para evitar que me pasara, por dentro iba exultante: todo apuntaba a que iba a concluir el maratón pese al viento y las ampollas. Y así fue. Entré en meta 4 horas y media después de la salida, con arena en todos los rincones de mi cuerpo, y convirtiéndome en la primera persona de toda mi familia (cercana y lejana) en concluir una carrera de 100km por etapas y, encima, hacer podio. No cabía en mi de gozo. Quería gritar, saltar, bailar: lo que fuera. Sentía felicidad en estado puro.

Alma entrando en meta como 3ª mujer de la general.

Alma entrando en meta como 3ª mujer.

Y el resto ya es historia. Llegamos al hotel, pudimos ducharnos y tomar cerveza (¡¡cerveza!!). Incluso, hicimos turismo esa tarde, paseando en camello por el desierto. Y luego vino el viaje de vuelta a Djerba, la entrega de los trofeos en la que nos desgañitamos cuando entregaron el trofeo de ganador a Raúl, el vuelo a casa…

Es curioso, pensar que cuando estaba corriendo me moría por llegar a meta y ahora mataría por estar de nuevo allí, corriendo entre las dunas. Ha sido la carrera más dura y también la más maravillosa de mi vida. Además, he conocido gente fantástica con la que espero establecer y mantener una gran amistad. En fin, creo que puede resumirse en una palabra: volveré.

tunez turismo sahara fotos mayayo (22)

Túnez: Transbordo en ferry de la isla Djerba hacia Ksar el Ghilane.

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LOS 100KMS DEL SAHARA: CRÓNICA PERSONAL POR RAÚL GARCÍA CASTÁN, CAMPEÓN. 

Reencuentro en el aeropuerto de Barajas con viejos amigos viejos y viejos amigos nuevos: Alma Obregon, Sergio Mayayo y Luis Blanco son mis compañeros de aventura desértica. Hay que ver lo rápido que vuelan los aviones y lo lento que funcionan los aeropuertos. A la espera consabida en estos casos se suman las dos horas de retraso con que vuela nuestro vuelo. Pero volamos, volamos al fin y llegamos a nuestro primer destino.

Azafatas de Tunisair en Djerba.

Azafatas de Tunisair en Djerba.

Allí nos recoge el que será nuestro chofer y guía en la primera parte de este gran viaje, y nos deposita sanos y salvos -lo que dicho aquí y ahora parece normal, pero visto desde el asiento de un coche circulando a toda leche en medio de la noche Tunecina no lo es tanto- en nuestro hotel. Lo primero que me sorprende de Túnez es la modernidad de la red de carreteras: lo que es autopista, es autopista, y lo que no es autopista también es autopista: al menos para nuestro chofer, que ocupa impertérrito el carril izquierdo, como si en vez de ser descendiente del corsario Barbarroja, lo fuera del Corsario Sir Francis Drake. Como si aquello fuera la Gran Bretaña, o sea.

Puede que aquí, en Túnez, emitieran el capítulo de Barrio sésamo donde se establecía la diferencia entre arriba y abajo, pero desde luego no el que diferenciaba entre derecha e izquierda. El día siguiente, lunes, lo dedicamos por la mañana a arreglar ciertos asuntos necesarios para poder emprender nuestro viaje, como por ejemplo cambiar, en el banco central, o nacional o como se llame, de Tunez, todo el dinero que nos han dado en la oficina de cambio de divisa y que, según nuestro guía está fuera de circulación.

Afortunadamente resulta que no, es decir, que sí, que sí que vale el parné, según nos cuenta el funcionario de turno después de efectuar el saludo especial que para los españoles tienen en Tunez y que no es salam alekum ni nada parecido, sino una extraña alocución de significado indescifrable que suena más o menos así: «¿Espanioles?: ¡REALMADRIDBARCELONA!» . No sé qué querrá decir.

Horas después emprendemos viaje nuevamente, esta vez rumbo ya al desierto, y pasamos unas horas de agotadora odisea en todoterreno, con transbordo en un siniestro ferry incluido, en cuyo retrete dejamos encerrada a Alma durante unos minutos por no traer Cupcakes.

WC Femenino en el ferry de Djerba

Llegamos, ya a las tantas de la noche, a nuestro anhelado destino, y allí nos encontramos con la primera sorpresa desagradable del viaje: el encargado del hotel donde teníamos reservadas las habitaciones no sabe -ni quiere saber- nada de nuestras presuntas reservas. Él dice no tener información al respecto, y por tanto no existimos para él. Resolvemos el contratiempo repartiéndonos por los tenduchos del oasis, donde ya están hospedados el resto de los participantes de la prueba. A mí me toca dormir –es un decir- con un numeroso grupo de italianos, ya entregados al sueño y al ronquido, a los que despierto, claro, con mi tardía intromisión. A mitad de la noche uno, de nombre Darío, del que luego, en el transcurso de la competición me haré muy amigo, me atiza un par de mandobles creyendo que soy uno de sus amigotes de tienda.

Pasado el tramite nocturno con más pena –y con más peña, que éramos bastantes en la tienda- que gloria, nos preparamos a tomar parte en la salida de la primera etapa, entre… -no recuerdo ahora el nombre, pero para eso están las crónicas de mis compañeros- y no sé dónde. Pronto diviso a los principales favoritos de la prueba, los italianos Migidio Bourifa (de orígen africano y 4 o 5 veces campeón de Italia de maratón con una mejor marca de 2:09, aunque ya retirado del profesionalismo) y Lambruschini, antigua gloria del atletismo italiano y varias veces campeón de esta prueba. Como no hay dos sin tres, está también el campeón de las 4 últimas ediciones, el alemán Wittek.

Raúl. con el material obligatorio de carrera (1L líquido) en la salida.

Raúl. con el material obligatorio de carrera (1L líquido) en la salida.

Comienza la carrera y aun saliendo con todas las precauciones del mundo, a la expectativa y observando a los más experimentados en estas lides, como el mencionado teutón, pronto observo con sorpresa que el ritmo es sospechosamente lento. De natural desconfiado, mi primer impulso es pensar que la cosa tiene truco y que en cualquier momento se pondrán las cartas boca arriba y todos estos diabólicos atletas correrán como posesos, dejándome atrás con un palmo de narices. Pero, por otro lado, mi carácter de suyo impetuoso me dice que no, que no; que yo tengo callo en los pies y en el alma de correr carreras de esta distancia y similares y que este no es mi ritmo de competición, ni mucho menos.

Así que activo el ON y empiezo a hacer funcionar un poco la vieja locomotora ¡más madera! comprobando, con sorpresa, que mis rivales se van quedando atrás sin demasiada lucha, llegando a la meta con casi 8 min. de ventaja sobre Bourifa. Las demás jornadas resultan ser bastante similares a la primera. En la segunda etapa, contrarreloj nocturna de 7 km –qué noche la de aquel día-, acordamos no atacarnos entre los favoritos y dejar las hostialidades para las etapas diurnas, por lo que Migidio Bourifa, al que en nuestro desconocimiento del idioma… del idioma… del idioma que sea, terminamos llamando butifarra, burofax y otras cosas similares, Bourifa y yo, decía, entramos juntos y en buena armonía en la meta.

ultra trail 100km del sahara 2014 fotos zitoway (40)

El día siguiente, tercera etapa, empieza también de forma muy similar al primero. Me quedo solo desde el principio, pero confiado por la facilidad con que abro hueco, empiezo a pararme cada vez que se me cuela arena en las zapatillas –cosa que sucede cada vez que piso una duna, lo cual no suele ser cosa del todo rara en el desierto- para intentar evitar la aparición de nuevas ampollas en los dedos (En la primera etapa, desde el km 5 ya llevaba ampollas en los pies). A la tercera o cuarta parada veo, sentado desde el suelo y con la zapatilla en la mano, volcando en el suelo la arena como si eso fuera un reloj de ídem, cómo el segundo clasificado, el omnipresente Bourifa, me adelanta. “¡Ostras!”, me digo. “Esto no podía ser tan fácil. Llegó la hora de partirse el pecho, chaval”. Me calzo la zapatilla y le doy caza, y tras cambiar unas cuantas mentirijillas piadosas del tipo de: “quetalestasbienme alegrohalevamosqueteespero y otras trolas parecidas, empiezo a tirar como un condenado.

Consigo abrir hueco y me digo interiormente que puede que Bourifa me coja, pero va a tener que sudar. (Lo cual tampoco tiene por qué ser excesivamente raro en el desierto del Sahara, todo hay que decirlo). Ese fue un día duro, porque hacía mucho calor y lo único que no corría en aquel sitio donde todos corríamos, era el viento, pero al final pude sacarle a mi rival 9 min en línea de meta.

ultra trail 100km del sahara 2014 fotos zitoway (39)

La convivencia en el campamento era muy buena. La organización italiana nos daba de comer estupendamente y las tiendas, montadas en círculo, como las caravanas, los convoyes de pioneros del Oeste cuando atacaban los indios, era como un teatrillo del mundo a escala, donde todos interpretábamos nuestro papel. Cada vez que tenía que ir a otra de las tiendas –la del médico, la de prensa, la de la comida- andaba más tieso que un lord inglés, disimulando el dolor de mis pies, que no me dejaba casi ni pisar el suelo, casi, casi, como si en vez de estudiar en el Agapito Marazuela, hubiera sido uno uno alumno aventajado del Actor’s Studio.

Raúl curando ampollas en la intimidad de la jaima para seis.

Raúl curando ampollas en la intimidad de la jaima .

Ya solo quedaba una etapa de 42 km y toda mi preocupación residía en el maltrecho estado de mis pinreles. La noche anterior me dediqué a vendarme los dedos uno por uno, cuidadosamente, y ya en carrera me quedé junto a mis rivales, el italianos Bourifa y el portugués de poético nombre Manuel Machado, yendo muy lento hasta que los pies me empezaron a doler un poco menos por efecto del acostumbramiento. Entonces ataqué de nuevo y me fui, como ya sucediera en las jornadas anteriores. Los últimos 10 km fueron casi como si estuviéramos metidos en un túnel de viento, que daba siempre de cara y acompañado de una desbocada tormenta de arena.

Tragamos arena por casi todos los orificios del cuerpo (o por todos, a lo mejor. Últimamente estoy leyendo mucho a Bukowsky, lo siento) y al llegar a la meta, unos cientos de metros antes, me dio por pensar que iba a entrar sonriendo en meta y tenía los dientes llenos de arena, así que con el dedo me cepillé los piños y entré vencedor con una sonrisa quizá no apta como imagen de un anuncio de dentífrico, pero de oreja a oreja, en cualquier caso.

Raul entrando campeón de los 100kms del Sahara 2014 en Douz

Raul entrando campeón de los 100kms del Sahara 2014 en Douz

A partir de ahí, descanso y parabienes, entrevistas, comida, bebida, visitas turísticas, hoteles, más aviones y a casa. En fin, todas esas cosas malas de la civilización que tanto echamos de menos cuando no las tenemos. Excepcional la actuación de mis compañeros, especialmente de Alma, que conquistó la tercera posición en Féminas, y con el mérito añadido de no perder nunca la sonrisa.

Ellos tres fueron mi sustento, y no es un modo de hablar, infundiendome no solo los ánimos necesarios para afrontar la competición, que también, sino proporcionándome cuantos utensilios materiales fueron precisos para correr con garantias, muchos de ellos obligatorios y que yo por supuesto no había llevado. Sin ellos el triunfo no hubiera sido posible. Va por ustedes, compañeros.

27-100km sahara etapa3 biden a campo2 30k 30abr14 (21)

 

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Info publicada por Mayayo Oxígeno para Carrerasdemontana.com