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La Zugspitz Ultra Trail es uno de las grandes carreras de Alemania. Sita en la estación de Garmisch, ofrece hasta cinco carreras (25k,39k, 63k, 81k, 102k) a los pies del pico más ato del país, la vistosa aguja bautizada como Zugspitz.

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Por fin el sábado y tras el madrugón para desayunar, cojo el autobús que nos deja en la salida ( Leutasch) y repito los mantras y supersticiones que todos tenemos previos a las carreras. El sol aparece y me hace ser optimista.  Me sitúo en primera línea de salida y a esperar el pistoletazo de salida.

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 LLegan las 9AM y comienza el reto. Salimos a un ritmo llevadero en cabeza y los dos corredores de Salomon Alemania ( Baur y Sörgel ) empiezan a alejarse y poner un ritmo alto. Les dejo y me coloco en el segundo grupo. Subo a ritmo y casi sin darme cuenta me coloco cuarto junto a Artem, un corredor de Salomon ruso.

Me pongo nervioso al verme tan arriba y pienso si quizá me estaré pasando de rosca pero voy cómodo y unos kilómetros más adelante ya me coloco tercero y llego a la primera cima a pocos segundos de los dos Salomon. Todas las buenas sensaciones subiendo desaparecen en la bajada cuando atravieso un par de neveros y zonas técnicas y veo que el tobillo no está del todo estable y hay que ser conservador para acabar.

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De todas formas no me pasa nadie y llego al tramo más temido por mí, unos 15 kilómetros prácticamente llanos por pista bordeando un río y luego pasando alrededor de un lago que se hacen largos , aburridos y eternos para mí. El ruso me coge sobre el kilómetro 20 y me va soltando.

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Llego al kilómetro 35 desgastado por tanto correr en llano a ritmo y me alcanza otro corredor alemán. Paso por el peor momento de carrera y me desanimo pero me engancho a su ritmo y llegamos a la última subida del kilómetro 40 juntos. Mi hermano me da ánimos al llegar a los dos últimos kilómetros de subida y aunque voy tocado me pongo en modo «Garmendia» y tiro para arriba con todo.

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El paisaje de cima y Zugspitz en ese punto es espectacular. Comienzo la bajada y una caída me hace frenar y recuperar el aliento. Vuelvo a la quinta posición y tras un chequeo rápido veo que no tengo nada roto, sólo rasguños y calambres por todos lados pero respiro y me motivo para seguir a todo lo que pueda.  Comienzan los tapones al encontrarnos a corredores de otras distancias.

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Al pasar por la señal del kilómetro 5 para meta intento acelerar para coger al cuarto pero el tobillo se me tuerce de nuevo y ni me paro. La adrenalina de la carrera me hace apretar los dientes y correr más rápido aún . De ahí a meta recuerdo sólo adelantar corredores del Basetrail y pedir paso a gritos para que no me cogiera nadie más.

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Me espera mi hermano en el último kilómetro y me pide un esfuerzo más. Lo doy, tomo la última curva a derechas, oigo la megafonía, cruzo la meta y un grito de !Vamos! al estilo de Rafa Nadal se me escapa sin querer.

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Lo logré , dando todo lo que tenía dentro pero llegando quinto y cuarto de mi categoría (subir al podium hubiera sido ya increíble) Busco a mi hermano y tras un abrazo toca disfrutar del Biergarten, reponer fuerzas y cómo no, beber una buena cerveza en jarra grande típica de la zona de Baviera. La organización tiene de todo para comer y beber y el dolor de piernas queda en un segundo plano.

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Moraleja: Se dice que el mejor alpinista es aquél que tiene peor memoria y puede que sea cierto aplicado al trail running también puesto que según escribo esto ya no recuerdo el dolor y el sufrimiento que pasé y sólo pienso en el siguiente reto y sobre todo en seguir disfrutando mucho tiempo de este deporte y las montañas.

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