CARRERAS DE MONTAÑA: ¿Que se siente al ganar una?

¿CARRERAS DE MONTAÑA: ¿Que se siente al ganar una?  Esto de correr por El Monte es fantástico, pero ya ganar debe see…” ¿Que popular no ha pensado esto alguna vez?

Y sin embargo, en cada carrera que participaremos ocurre, uno de nosotros llega delante, el primero. Así lo vivió nuestro patrón Marcos en el trail de la Sierra de la Cabrera, este

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¿Que se siente al ganar una carrera de Montaña?  Por Marcos Pascual.

Hoy, a pesar de que todavía no lo he terminado de asimilar, puedo decir que he ganado por primera vez una carrera de trail y nada más que 29k 1400+ en La Cabrera.

No llevo mucho practicando y compitiendo en este deporte, empecé a correr por el monte en Junio de 2020 a raíz de una lesión y queriendo escapar un poco del confinamiento que acabábamos de vivir.

En Septiembre ya hice mi primera carrera y desde entonces he ido metiéndome más y más hasta llegar al día de hoy.

Las claves:

Trabajo y constancia.

Vengo preparándome ya seriamente para un gran objetivo (aquí tenéis el artículo en el que hablo sobre esto: https://carrerasdemontana.com/2021/07/30/mi-primer-maraton-de-montana-plan-entrenamiento-costa-blanca-trails/) y hoy, 24 de Octubre de 2021 tenía el último test para valorar a qué puedo aspirar.

Empecé en Junio un plan de 5 meses, el 4 de Septiembre corrí la Open del Desafío Urbión (11.8k 800+) quedando en un sorprendente QUINTO puesto, el 20 de Octubre corrí los 21k 900+ de Alameda Trail donde encontré un nivel altísimo y una carrera muy rápida quedándome a 20s del TOP 10.

Hoy me he levantado sabiendo que era el día, llevaba varias semanas de sensaciones increíbles y me he despertado con una confianza en mí mismo que nunca había tenido. 

Os cuento mi aventura en estos 29k 1400+ en La Cabrera.

Foto: Fran Benito García en Desafío Urbión Open

El día de la carrera.

Hoy es MI DÍA.

Amanecía yo nervioso a las 6.30am, todo preparado ya desde la noche anterior, incluso el desayuno (parte del arroz que cené el día de antes). Como nunca me fío del tiempo llevaba unas cuantas opciones de ropa y varias estrategias para decidir al llegar.

A las 8.00 me planto en La Cabrera justo para llegar a ver la salida de la distancia de 48k todavía de noche. Hasta las 8.30 no tengo que recoger mi dorsal así que entro al bar a por un refresco y de paso utilizo el baño… los nervios pasan factura.

Recojo mi dorsal y según va saliendo el sol veo que va a hacer un día espléndido y decido que iré en mallas cortas, tirantes y unos manguitos. En el cinturón 2 geles de 50gr de HdC y uno de 25gr con cafeína, una pastilla de sales y la botella de agua con isotónico.

Para las 9 ya estaba calentando y meando cada 5 minutos… espero no ser el único al que le ocurre. A las 9.50 abren mi cajón de salida y me coloco el primero, con confianza, miro atrás y nadie se atreve a estar tan cerca de la cinta, pienso “hoy es mi día”. Por delante 29kms con 1250+ que acabaron siendo casi 1400+.

Termino una barrita de avena, pastilla de cafeína y trago de agua, unos saltos para coger fuerzas y 3…2…1… salgo el primero, buenas sensaciones, pulso estable, ligera subida callejeando por el pueblo de La Cabrera, sé que tengo 3kms de asfalto hasta el convento y empiezan las sendas, miro el reloj y voy a 3’30”, demasiado rápido, freno un poco y miro atrás para darme cuenta de que me alejo del resto. Para el tercer km ya no veo a nadie detrás.

Mantengo un buen ritmo sin apretar pero sin relajarme, sé que tengo 9kms hasta la subida al Mondalindo, paso Valdemanco y miro: no hay nadie. Vuelvo a la senda y para el km 8 adelanto a los dos primeros corredores de la de 48k.

En el km9, a las faldas de la montaña avituallamiento un poco mal planeado en el que si quiero coger agua tengo que desviarme del recorrido para luego volver, necesito agua y pierdo casi 1min, lo que hace que el segundo se ponga a mi lado. Como maño que soy a cabeza no me gana nadie, pongo el turbo y me decido a dejarle atrás en la subida. Cuando llevo la mitad miro atrás y veo al grupo que me persigue ya algo lejos, no aflojo y sigo hasta culminar el pico.

Trazo la cuerda hasta las antenas de Peña Negra y miro de nuevo, otra vez no veo a nadie y así sería hasta el final de la carrera.

Aparecen las rampas.

Me falta hidratación.

Empiezo la primera bajada con calma ya que llevo ventaja de sobra, un bosque y luego una pista que he corrido unas cuantas veces. Voy adelantando corredores de la de 16k y las buenas sensaciones siguen, estoy fuerte hoy, voy dando ánimos y sonriendo, disfrutando de un buen día de montaña. Y ahí viene mi primer error.

Con el miedo a ser alcanzado no relleno la botella en una fuente natural y decido esperar al avituallamiento del km20 con tan mala suerte de que los que allí debían estar no se esperaban mi llegada tan temprana y les veo desde lejos tratando de llegar al avituallamiento antes que yo, pero les adelanto y no tengo tiempo para esperar a que vengan y me rellenen el agua y con esto del COVID no me atrevo a tocar nada, así que tiro para delante hasta el km 21 donde empieza de nuevo la subida, que iban a ser 250+ pero acabaron siendo 380+.

Voy al trote porque es subida tendida y me encuentro muy bien, he ido tomando mis geles, todo va de lujo cuando de repente: rampas en el gemelo izquierdo. Me doy cuenta de que se me ha olvidado tomar la pastilla de sales, corriendo la saco y la tomo, bebo agua pero me queda poca y tengo 9kms por delante y RAMPAZO en el isquio derecho y poco después en el abductor izquierdo. Aflojo el paso y me repito a mí mismo que aquí hoy no me gana nadie, aunque tenga que llegar arrastrándome.

El charco.

Nunca digas «de este agua no beberé».

Miro el reloj, llevo ya más de 1250+ y por la ruta que me queda sé que van a ser unos 1400+ finalmente… subidas de piedras y bajadas de piedras, y rampa para arriba y rampa para abajo. Aguanto, incluso paro a estirar varias veces, bebo sorbitos de mi botella casi seca. Quedan 5kms y sé que 3 son de asfalto y cuesta abajo, tengo que llegar ya. De pronto veo un charco, freno en seco, me tiro al suelo y le pego un buen trago… total, no me queda nada, si me sienta mal ya me enteraré luego.

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El final más largo.

Por fin meta.

A falta de 2.5k salgo de la senda y encuentro un avituallamiento donde relleno mi botella y bebo agua como si no hubiera mañana, me dejo caer por el asfalto, siento que podría haber apretado mucho más pero por culpa de no haberme hidratado con más cabeza he perdido mucho tiempo. Miro atrás 100 veces en 1km y no veo a nadie, pita el reloj y llevo 28kms, no queda nada.

Corro sin pensar en nada más que en llegar, empiezo a escuchar la megafonía, veo la meta, decenas de personas aplauden y me jalean. Ya no hay dolor, el cuerpo va solo, sonriendo cruzo la cinta y paro el reloj antes de empezar a tambalearme.

El director de la carrera, gracias Miky, me sujeta y me lleva al avituallamiento de meta donde empiezo a beber vasos de refresco y recovery sin control, agarro la fruta, las chuches… lo que sea. Me llevan a un banco y allí recibo la enhorabuena de la gente y voy recobrando fuerzas. He ganado una carrera, la he ganado desde que he salido y la había ganado 100 veces en mi mente. 

El segundo llega 2 minutos después y el tercero un poco más tarde, nos felicitamos y según llegan corredores vamos charlando entre enhorabuenas y batallitas de la carrera. El trail tiene esa magia que no tienen otros deportes, aquí todos y todas somos ganadores, llegar a la meta ya es un premio porque lo que cuenta son todas las aventuras que se viven en el camino. Mañana no sé si mis piernas serán dos palos de escoba, pero lo que tengo claro es que cada día amo más este deporte.

parciales 29k 1400+ La Cabrera

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