julio 08

ZUMAIA FLYSCH TRAIL 2015: Crónica personal de sus campeones. Manuel Merillas (42k) y Raúl Gª Castán (21k)

Posted by mayayo oxigeno on julio 8, 2015 in Carreras de montaña, carreras montaña 2015, carreras por montaña, clasificacion zumaia flysch trail, fotos zumaia flysch trail, manuel merillas, oihana kortazar, skyrunner national series, trail running, trail running euskadi, trail running vasco, zumaia flysch trail, zumaia flysch trail 2015 | 1 Comment

La séptima edición de la Zumaia Flysch Trail, cuya crónica os contamos ya aquí en vivo desde el dorsal, estrenaba carreras de montaña en distancias de Maratón y media maratón. La segunda era rápida y popular, sobre 21k/D+800 cubiertos por 434 dorsales en el tope de cuatro horas. La Maratón de montaña era más exigente, con tope de 6h30 para completar 42k/D+2200m, por lo que sumó apenas 171 finalistas.

Los ganadores de la media maratón fueron Raúl García Castán y Alicia Olazabal, mientras que en la prueba reina vencieron Manuel Merillas y Oihana Kortázar. Aquí os traemos las crónicas personales pues de los dos campeones masculinos del Domingo: el veterano Raúl García Castán en los 21k y el joven Manuel Merillas en los 42k. Una gran oportunidad de aprender el seguir estas carreras a través de ellos.

: Podio Zumaia Flysch Trail 2015 Maratón

: Zumaia Medio Maraton 2015. Podio masculino.

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ZUMAIA FLYSCH TRAIL 42k DEL 2015: CRÓNICA PERSONAL MANUEL MERILLAS.

Después de dos años estoy de vuelta en Zumaia, para luchar tanto como pueda contra este recorrido y ese calor que a mucha gente llega a tumbar. Llegamos, junto a Azara y Miguelito, el sábado para cenar y ya desde el primer momento nos reciben con mucho cariño. Es el mismo que demuestran a todo el mundo en Zumaia, del primero en meta al último del pelotón. Son la leche.

El domingo nos levantamos para correr: A las 7, me meto entre pecho y espalda mi recha de nocilla jeje.. Me pongo la ropa y listo para correr. Lo malo del finde fue que Azara no puede correr por unas molestias donde tuvo la última lesión, pero esta chica sale de las lesiones más fuerte y muy rápido. Eres la mejor en todo, amor.

Ya son las 8:30 y después de que mi familia que siempre están ahí me deseen suerte y de hablar con mis tíos que también corrían en la Batallona, nos ponemos a correr. De inicio me pongo un ritmo el cual mantuve hasta el final. Un ritmo cómodo que a pesar de venir ya con la travesera y otras carreras de más de 70 km en el cuerpo, las piernas responden muy bien. Desde el km2 me pongo a perseguir a Zaid hasta que sobre el km 12 nos pilla Ismail. Según nos alcanza este desde atrás, de seguido Zaid se descuelga y se queda atrás.

Desde el 12 al km 20 nos vamos los dos juntos por delante, pero con Zaid aun muy cerca. En el 20 es donde empieza la subida más dura, está muy pina jeje que subida se sacaron de la manga. Ahí es donde se ve la Travesera. Todas las subidas me parecen cortas, pero en esta subida le saco alrededor de un minuto…lo cual no sirve de nada ya que Ismail va como un tiro en terreno fácil de subida y llaneo. Después me dicen en carrera que Zaid va mal del estómago y no lo veo más en carrera…pero el tío es duro y al final llega a meta. ¡Que máquina!

Sobre el km 30 Ismail me saca alrededor de minuto largo, pero sé que voy muy cómodo. Poco a poco, se acorta la distancia que nos separa, sobretodo en los tramos de subida. En estos últimos kilómetros voy deseando que haya subida, pero casi todo es bajada y llano. Por fin, ya en los últimos 3 km hay un par de subidas fuertes, donde le doy caza. Nada más pillarle, meto una marcha más y no le doy ni la opción de seguirme.

Hago la última subida entre un pasillo de gente,impresionante,igual que durante todo el recorrido cada pocos metros había mucha gente animando. Sólo me queda un km para llegar a meta, ya no veo a Ismail y decido disfrutar de la llegada. A falta de 500 metros a meta esta lleno de gente por todos lados…a nada de llegar cojo a mi sobrina en brazos y entro en meta por primera vez con mi sobrina. Para la próxima, Miguelito, no te libras por mucha vergüenza que te de jeje. Segun llego, tengo allí a Azara. Le doy un besazo y después a mi padre y después a mi madre con una dedicatoria muy especial.

Llega la entrega de premios… ¡Ya puedo decir que tengo mi txapela! Nunca antes había conseguido una corriendo y me hace verdadera ilusión. Terminan los premios y nos vamos a comer todos juntos. Nos tratan como si fuéramos todos una gran familia. Gracias a todos los que forman parte de esta carrera: Tanto los organizadores, como los voluntarios y por supuesto a esa afición que aguantó el calor para animar con tremenda fuerza. ¡Esta de Zumaia es una carrera muy especial, que os recomiendo correr y disfrutar!

RESULTADOS COMPLETOS 42k: Clasificacion Zumaia Flysch Trail Maraton 42k – 2015 (42k/D+2200m)

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ZUMAIA FLYSCH TRAIL 21k: CRÓNICA PERSONAL RAÚL Gª CASTÁN.

La Zumaia Flysch Trail es una de esas carreras difícil de incluir en un género determinado. Ni falta que le hace, porque la ZFT, es un género en sí misma. La eterna disyuntiva: “¿playa o montaña?” queda resulta de un plumazo en esta carrera: Playa y montaña. Dos en una y una que vale por dos.

¿Quién da más? Y por si fuera poco, si eres de los que además del corpore sano, aspiras –ay, ambiciosillo- a tener también una mens sana, puedes ir mirando, mientras corres, el Flysch, que no es, como pudiera parecer por el nombre, un bote de matamoscas, sino un libro de geología en vivo y en directo. Ya en su séptima edición, la ZFT se ha convertido en una clásica dentro de las clásicas por montaña en España.

¿Y cómo es posible que una localidad costera del País Vasco organice una de las mejores carreras por montaña del pais? se preguntará el perspicaz lector. Pues ni más ni menos que por arte de magia: La magia de la ilusión que ha puesto un grupo de Zumaiarras, zumaienses, o como coño se llamen mis queridos amigos de Zumaia en conseguir que así sea. Estoy seguro de que si se propusieran hacer volar a los burros, cualquier día veríamos los azules cielos de Zumaia surcados por más de un asno batiendo las orejas cual helicóptero peludo.

Estos “guipuchis” de Zumaia son así. Quizá en la opinión de un purista de las carreras por montaña, uno de esos para los cuales solo son merecedoras de tal nombre esas que te salen a una media de 10 o 15 minutos por km, la ZFT quizá no sea lo que se dice una carrera por montaña “de libro”. Pero para quien esto escribe, que solo es fanático del antifanatismo, la ZFT es tan dura como la quiera uno hacer. El principal factor de dureza, no me cansaré de repetirlo, no lo da el terreno ni la distancia. El principal factor de dureza lo pone el propio corredor, pues todo lo que supone llevar el cuerpo hacia sus límites naturales es igualmente duro, independientemente del terreno y los km.

Aunque la ZFT y yo somos viejos amantes -esta doncella vasca de mirada verdeazulada y quien esto escribe, han mantenido varios idilios deportivos más o menos provechosos- este año, ante el aumento de la distancia en ella (42 km) y la disminución de las fuerzas en mí, he optado por caer en brazos de la hermana pequeña, que no menor (21 km), y doy fe de que es igualmente bella y acogedora.

La salida, media hora después que la de la carrera de 42 km, tuvo lugar en la abarrotada calle principal de Zumaia. Por mi parte albergaba nulas esperanzas de conseguir la victoria, ni siquiera un podio, habida cuenta de las malas sensaciones de los últimos meses.

Entre los 500 y pico rivales, algunos de gran calidad, como el jovencísimo Antonio Alcalde, quien, a pesar de su ofensiva juventud, cuenta ya con numerosas muescas y no pocos cadáveres deportivos ilustres en la culata de su revólver. Por si esto no fuera suficiente, el chaval es humilde y sencillo, encantador. Ahí huele a futuro campeonísimo. Y yo me alegraré.

Tras los primeros km en su compañía y con el resto del pelotón estirado y a poca distancia, me voy alejando paulatinamente. El calor agobiante y la humedad comienzan a causar estragos, y como uno tiene la suerte de que esos estragos le suelen afectar menos que a la generalidad, me quedo, al fin, “solo en casa” aunque seguido de cerca, hasta el final de la carrera, por dos jóvenes corredores muy buenos: Ion Sala, pamplonés, y Joxé Amunarriz, oriundo de Fuenterrabía.

En Zumaia el fuego se neutraliza con fuego; el calor ambiente se combate con calor humano, que es un calor que no quema, sino que reconforta. Cientos de personas repartidas a lo largo del terreno, me llevan, prácticamente, en volandas. La ZFT es una carrera que invita a ir rápido. Las suaves laderas onduladas, de un verde irreal de puro perfecto, parece como que se van a poder subir con el impulso de la bajada precedente, pero no, que luego te pones y, oye, hay que mover las piernas, que si no, no subes. Correr en Zumaia es como surfear por un mar de hierba, y a veces estás en la cresta de la ola, ebrio de sol y belleza y a veces caes al abismo de una sombría hondonada, el cuerpo empapado por el agua de uno mismo, ese manantial interior que llamamos sudor.

Y así, recorriendo los ya familiares senderos, me planto en la subida a la ermita de San Telmo, de dulce recuerdo deportivo para mí, y un poco más allá, encaro ya la última ola gigante de hierba y sol, y, jadeando y blasfemando para darme coraje, subo, apoyando los brazos en los cuádriceps, un, dos, un, dos, hasta coronar exhausto el pequeño promontorio gigante. De ahí a la meta, a disfrutar de la vida.

Ya en la meta, a disfrutar de toda esa gente maravillosa, de esos nombres debajo de los cuales hay personas que han hecho que este viaje sea tan especial: Bosco, Txolo, Joan, Goio, Ramón, Alfredo, Arantxa, Sergio, Ana, Susana… Y por supuesto todos aquellos voluntarios y simpatizantes que, siendo anónimos para mí, me dispensan una atención como de viejos amigos que se reencuentran. Larga vida a la ZFT.