BUCOVINA ULTRA, DESDE DENTRO POR MAYAYO. Crónica personal, de los Dolomitas a los Cárpatos.

Posted by mayayo oxigeno on agosto 3, 2021 in bucovina ultra rocks, Carreras de montaña, carreras por montaña, trail running, Ultra Trail | 4 Comments

BUCOVINA ULTRA: DE LOS DOLOMITAS A LOS CÁRPATOS.

Crónica personal, por Mayayo.

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Tres.
Tres, eran tres las hijas de Helena.
Y ninguna era buena…

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Eran las 7 de la mañana cuando tomamos la salida de esta carrera, la “Pietrele Doamnei 48k”. O dicho en nuestro idioma: Las Rocas de la Dama. El trazado de esta carrera rinde homenaje a las tres cimas de Bucovina y su leyenda, que unos días antes me explicaba Silviu en el largo viaje del aeropuerto de Cluj Nepoca a la pequeña ciudad entre montañas de Campulung, sede de la segunda edición de estas seis carreras de montaña que forman Bucovina Ultra Rocks.

Corría el año 1541 cuando una invasión tártara amenazó vida y fortuna del señor Petru Rares y su pueblo. Batidos los defensores, sus desesperadas,familias corrieron a refugiarse, guiados por la Dama Helena, bajo la mole de tres grandes rocas verticales, que erguidas en lo alto dominaban el cielo. Hasta allí, fueron perseguidos por los feroces invasores.

Tesoro y familias iban a caer ya en las garras de los pequeños guerreros a caballo, que gritaban exultantes entre sí, cubriendo los últimos metros a galope hacia la montaña. Entonces, en el mismo momento que la tropa invasora caía sobre el tesoro real, las rocas de Bucovina se derrumbaron sobre ellos. Un estruendo atronó las montañas, seguido de un remolino de polvo.

Al remansarse, bajo una avalancha de rocas, yacía enterrada la horda tártara. Y el tesoro real. Apenas unos metros más adelante. la Dana Helena Rares y su hijo miraban conmocionados. Cayeron de rodillas, dando gracias al cielo por salvarlos. Gerreros y riquezas, allá quedaron para siempre enterrados juntos.

Foto: Mayayo.

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BUCOVINA: NATURALEZA, COMIDA E HISTORIA.

Hasta hoy, Bucovina es famosa en toda Rumanía por la belleza de sus bosques y sendas, sus laderas nevadas para el esqui invernal y el collar de antiguos monasterios que jalonan los rincones más hermosos de estas tierras. Una región que aun ronda el oso de los Cárpatos.

Ah! La comida, doy fe, es buena, variada y abundante, que combina platos de sabor mediterráneo como los nuestros, con otros alemanes y algún añadido turco. De la cerveza, ya hablamos luego si eso, que no falta tampoco. Favorita personal? La Ursus Black, que menos 🙂

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BUCOVINA ULTRA ¿Quién se resiste a correr en un escenario así?

Llegaba a esta Bucovina 48k/D+3.100m la mar de tranquilo. Y cansado. Era la tercera de las citas que me marqué como objetivo esta temporada. Quiso el calendario que se agruparan en apenas cuatro semanas (sic) así que tocó negociar con cabeza para disfrutarlas una por una. Y completar la tríada sano y salvo, sin lesión.

• Arrancamos en la Cortina Trail de Lavaredo 48k/D+2.600m. Recorrimos allí por segunda vez su bellísimo trazado en Junio, Era mi vuelta al dorsal en carreras de montaña y dolió, ya lo creo que dolió. Despistes por la falta de costumbre, como no acudir al fisio para “soltar” dolores varios en la previa, se pagan. Aun con todo, cumplimos la primera etapa del viaje. Recuperando además, la pasión por el loco ambiente de nuestro mundillo, ahora renacido.

• La edición inaugural de la PDA 55k/D+3.100m en Aran by UTMB llegó apenas dos semanas después. Carrera nueva, debutando en la. Poco tiempo para que mi cuerpo absorbiera la paliza y errores previos, seguro. Una contractura apenas salir en la trasera del muslo derecho me lo recordaba. Paciencia…. Al tran tran, también se llega. Y subimos hasta lo alto del Circo de Colomers. Y Bajamos hasta la meta de Vielha.

• Arrancaba hoy mi Bucovina Ultra 48k/D+3.100m: Amanece en Rumanía, sobre lo alto de la antigua estación de esquí de Runc, con Campulung a nuestros país. Me lo he mirado y pensado bien. O eso creía yo, vaya. Las tres hijas de Helena nos esperan, feroces por delante.

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Pietrele Doamnei 48k: Escalar cimas de Rarau, Gilmanau y Runc. 

Tres duras subidas, escaladas, más bien, al Rarau, Gialamanu y Runc marcan el carácter recio de esta carrera. Una personalidad, dirá alguno, tan feroz como aquellos tártaros. De hecho, la organización permite hasta 14 horas para completarla.

No es por los kilómetros, no. Ni por el desnivel positivo en si. Es por la forma en que nos harán superarlo, concentrado en tres odiseas verticales. De hecho, cuando llegan las tormentas cambian a un trazado B porque cuando el original se embarra es casi imposible remontarlo. El perfil, visto asi no hace justicia a lo que sientes en vivo…. 🙂 

Bucovina Ultra 2021 Pietrele Doamnei 48k/D+3.000m

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La primera ascensión, al Rarapur, sirve para calentar. Su arranque nos espera en el km6 tras un sube-baja de senderos y pista en el bosque, aun con la fresca de la mañana. Trepamos sus 5k/D+800m con alegría, Siempre entre árboles, hasta coronar la ultima cabina de esquí. Seguimos, más arriba aun, siguiendo las huellas de la huida de la Dama Elena hacia lo alto. Allí están por fin, justo ante mis ojos las tres cimas de Bucovina. Y sigo subiendo.

Poco más allá, corono el Rarapur y ¡Sorpresa! Lo hago junto al crack Robert Hajnal quien ha subido por la otra cara, El gran corredor rumano se hizo famoso por una espectacular plata en las cien millas de UTMB 2018, corriendo “en chandal”. Pantalón largo suelto y camiseta larga entonces lucía entonces. Hoy, que nos esperan 30ºC en carrera marcha, como casi todos con pantalón cortito y camiseta del estilo.

Robert salió a las 6AM para afrontar los 88km que son este año la prueba reina por nivel deportivo. Para a mi vera, deacansa un segundo, recarga con su gente y sigue. Yo, también, en dirección contraria. Poco sabía yo que en tercera posición absoluta de esa prueba corría una española, Cristina Santurino. La moza, no solo entraría como primera mujer en meta, sino que mantendría ese bronce absoluto hasta el final. ¡Bravo Cristina!

Bajamos del Rarau en un largo descenso tendido: Senderos verticales primero, rambla de arroyo alpino después y al fin un par de kilómetros de pista para soltar piernas, que falta nos va hacer. Llegamos al avitu más importante de la carrera. Llevamos 24k/D+1.200m resueltos en 4h04m.. No va mal la cosa…

Veo que aquí, todo el mundo se lo toma muy, muy tranquilo. Comen plátanos, frutos secos, gominolas, beben sales y Coca-Cola. Miro enfrente, por donde sigue carrera y lo entiendo mejor.

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ESCALADA AL GILMANAU, ETERNA….

Una rampa inhumana nos espera. In-hu-ma-na. Son los primeros pasos de la trepada al Gilmanau. La escalada más dura de toda la carrera llega aquí y ahora. Las 11 de la mañana y ya luce el sol bien fuerte en lo alto, para sus 5k/D+1.100m. Dios, solo espero que sea toda ella dentro del bosque. Que sino….

Y así será, una subida eterna, que en mi caso llevará más de 2 horas. Si se hará duro para todos el tema, que gano posiciones en carrera aun yendo así de clavado. Más pino que el mítico Arrastradero de troncos a Fuenfría, en Gran Trail Peñalara. Más que la trepada al Txindoki en Ehunmilak.

Vale, no llega a la dureza del doble kilómetro vertical a Collarada que adorna los 100 Ultra Canfranc, vale. Pero Canales de Trea y similares en Picos Europa, por ahí le andan, por ahí…

Cima Gialamau. ¡Al fin! Vértice geodésico y bandera rumana lucen en lo alto. Ya estamos aquí. Ahora, ¿Solo puede ir a mejor, no? Bueno, no tan fácil, que la bajada pica bien duro, duele. Bajo mientras las familias de la zona suben aquí a echar el día, al mejor estilo Ehunmilak. Tambien aquí se paran para despejarnos al sendero y animarnos al pasar. ¡Gracias!

Foto Mayayo

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Curioso. Intenté aprendar algunas palabras en rumano, pero parece que soy torpe al pronunciar, no me entienden. Ahora bien, al saludar con ¡Hola! o ¡Gracias! en español al pasar, veo a menudo alguien que sonríe y me responde: ¡Vamos!

Me encuentro a Simona parada al borde del sendero. Hemos ido haciendo la goma en la subida asesina, ganando puestos. Ahora toca cruzar una granja de caballos, en lo alto de una cresta despoblada. Y guardan la posición dos animados perros de buen porte. Ella ha preferido esperar, por no cruzar sola, me cuenta en español. Y allá que pasamos los dos, con los perros ladrando entusiasmados hasta medio metro nuestro, pero sin llegar a morder.

Al empezar a bajar caigo en la cuenta que fuimos hablando español antes: ¿Dónde lo aprendiste? ¡Con las telenovelas! Me responde. Echamos unas risas y seguimos bajando juntos rumbo a la tercera y última hija. Simona se descuelga un poco, sigo solo hasta que oigo un galopar ligero y ágil desde atrás, Me giro para ver quien puede bajar así, a estas alturas

¡Quien iba a ser! El gran Robert me pasa otra vez. Llevo 35km y voy fundido, corriandando. El lleva 65k y trota alegre como un lobo por las montañas. No somos nadie…. Se pierde en el horizonte y allí sigue detrás, cabezón y lento, Don Nadie. Paso a paso rumbo a meta.

Al fin, ultimo avitu. Hemos bajado a un arroyo, que marca la boca de la ascensión final a Runc. Luego sabré que los cachondos de la organización ofrecían también, en este ultimo punto, botellas de cerveza bien frías, para los “sobrados” que quisieran meterse estos 2k/D+500m del postre, celebrándolo antes.

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RUNC, LA ULTIMA ASCENSIÓN.

Funcionó. No ha quedado ni una cerveza en la base. Pero si que nos riegan bien aquí de agua y coca-cola. Paro apenas un minuto. Simona llega según salgo. Volveremos a trepar juntos, bien. Y venga, y dale, que todo se acaba. Ultima cima en el Runc, ultimo grupo de chavales silbando, aplaudiendo, animando. ¡Qué grandes! Tumba abierta a meta, que son 2km lo que queda. Ya la veo, la base de la estación de esqui nos espera…

META. Han sido 10h43m para el puesto 111 de los 171 que tomamos la salida hoy.

Con Simona en meta. Foto: Corine Crabe

Alegría en meta. Foto: Corinne Crabe

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 El avitu final está bien surtido: Sandía, sandía y sandía son las primeras tres cosas que me pide el cuerpo. Después, ya calmada el ansia, pruebo el Gulasch de meta, ese estofado de ternera tan típico aquí, que me proponen en tres versiones: Solo carne y salsa, con carne, salsa y patatas o carne, salsa y pepinillos. Mío pues, el tercero, Y que rico estaba, conste. Solo queda recoger la medalla y tirar abajo a la Pensión Stefania de Campulung, un rincón paradisíaco construido en madera, rodeado de flores y hierba que nos ha acogido las noches aquí.

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GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS: ANA, PAUL, SILVIU, CORINNE…

Imposible terminar sin dar algunas gracias de forma especial: Ana Cristina Constantin, campeona aquí en 2020 y bronce este año en 110k que me descubrió y enganchó a esta carrera. A Paul Smereriuc y su equipo, que en dos años han creado a puro corazón, sin sponsor de campanillas la que, seguro, es ya la ultra más importante de Rumanía.

A Silviu, que compartió con nosotros horas de viaje por carretera al ir y volver, quien mientras corríamos, se quedó arriba en un avitu dos noches acampado cuidando de todos en el infame Pietroglosu. La peor subida de todas era esa, me jura Cristina.

A los chavales de instituto y facultad que nos esperaban en cada avitu, llenos de alegría y entusiasmo, pitando y aplaudiendo, como si cada uno de nosotros fuéramos el mismísimo Hajnal. A Corinne, por compartir conmigo el trabajo de seguir y contar las carreras de aquí.

Gracias también, a las tres feroces hijas de Helena. Me hicieron arrastrarme por sus laderas, penar a cada paso, maldecir a su familia (También a la del trazador Paul, ya lo siento majo). Sin embargo, al recordarlas hoy me pintan una sonrisa tonta en la cara.

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¿Qué sientes el día después? Dolor, alegría, satisfacción y todo ello revuelto. Qué se yo… Solo tengo claro que estoy bien contento de seguir descubierto nuevas montañas y gentes, ahora en Bucovina Ultra. Espero volver a saludarles, bien se lo han ganado.

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Carreras de montaña: Un extraño deporte,

donde tardar una hora más en cruzar meta, puede hacerte más feliz.

A veces pasa…. 🙂 

BUCOVINA ULTRA ROCKS: Galería de fotos Mayayo.

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