ALPIN ULTRAS 2023: SECRETOS DEL DUERO, DESDE DENTRO- Crónica Marcos Pascual (4º Ultra 52k)

ALPIN ULTRAS 2023: SECRETOS DEL DUERO DESDE DENTRO- Crónica Marcos Pascual (4º Ultra 52k) Hoy nuestra sección ALPIN ULTRAS nos trae el feroz y escarpado trazado que con 52k 3500+ abrió este año el circuito. Lo hizo surcando los cañones del Parque Natural de Las Arribes (Salamanca), por las antiguas sendas de cabreros, leñadores, cazadores..y contrabandistas al vecino Portugal.
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La 7a edición ALPIN ULTRAS se inauguró el 11MAR en Aldeadávila de la Ribera con un Secretos del Duero, que ofrecía 5 distancias para todos los niveles. La CLASSIC 27K y ULTRA 52K forman parte del circuito alpino este 2023. Arrancamos con vídeo de la salida ultra y seguimos con la crónica personal del 4º puesto de Marcos Pascual.


ALPIN ULTRAS 2023

 SECRETOS DEL DUERO 2023 DESDE DENTRO

Crónica Marcos Pascual (4º Ultra 52k)

La verdad es que la idea de correr esta carrera ya se remonta al año pasado. Tenía dorsal para la misma distancia, pero se acabó cancelando por temas de COVID y me quedé con el gusanillo. Así que este año no dudé un segundo.

En mi calendario no figura como uno de los objetivos principales, ya que es a primeros de Marzo y es la primera carrera prácticamente que hago en 2023… Comienzo a entrenar la segunda semana de Enero y todavía no estoy todo lo en forma que me gustaría, pero aún así, cada vez que me coloco un dorsal, salgo a dar todo lo que tengo.

Con todo esto en mente y unos buenos 2 meses de entrenamiento cogía mis maletas y ponía rumbo a Aldeadávila de la Ribera con muchas ganas y muchos nervios, la verdad, sabía que iba a ser dura pero… no tan dura.

Podeis leer las experiencias de otros compañeros en las redes desde #alpinultras o #dueroalpinultras. No fui el único que le costó, no. Incluso tumbó a algunos inmortales como el mítico Jacinto Gonzaléz, sesi veces finalista del citcuito. A ver si logro explicaros como fue la cosa…

La víspera

Lo de siempre, nada nuevo, el ritual habitual sin fallos. Activación en Madrid por la mañana, visita al fisio, comida con bien de agua e hidratos y carretera. Llegaba a Aldeadávila justo para hacer la compra y recoger el dorsal antes del cierre. De ahí al hotel, cenita y a tratar de dormir lo antes posible. Esto siempre cuesta, los nervios y los preparativos de todo hacen que no tengas mucho sueño, pero el descanso es importante y más cuando te enfrentas a estas distancias.

 

Salida a por todo

Como siempre me levanté casi 3h antes de la salida. Desayuné y preparé todas mis cosas, revisando que nada faltase. Me duché y me vestí, volví a revisar 100 veces todo y finalmente salí a calentar. A las 7:50 am ya estaba la zona de salida con ambiente y me coloqué en el arco. 8am en punto y daban la salida subiendo ya por las calles del pueblo.

La verdad es que salí a por todo, con confianza (quizá demasiada, hace menos de 3 años que empecé a correr, por lo tanto me falta experiencia y a veces meto la pata). Las sensaciones eran de ir suave, de ir cómodo, así que simplemente me dejé llevar. No sabía la que se me venía encima, ni quiénes eran mis rivales…

Primeros 15k

Llegué en cabeza al primer control, quizá sacaba 30s a los de detrás.  Llegué bien, me paré a beber agua, sin prisas. No llevábamos ni 7kms y poquísimo desnivel. Lo curioso de esta carrera es que empieza cuesta abajo y luego viene una sucesión infinita y agónica de subidas verticales y bajadas en picado… un rompepiernas de manual, la carrera más dura que he hecho nunca. Soy más de subir 1000+ en 6k y luego bajarlos, la verdad.

De camino al 2do control quise ser más conservador y dejé que me adelantaran los 3 que me seguían que venían a tope, no sabía quiénes eran, me enteré una vez terminada la carrera. Si lo llego a saber, igual salgo detrás de ellos en la salida y no delante. Errores de novato supongo.

Al paso por el 2do control y ya con alguna subida de infarto me sacaban apenas 2 minutos, en las bajadas les cazaba y en las subidas se me escapaban un poco, lo de siempre vaya. Al tercer control, después de una subida de piedras a cuatro patas me sacaban 3 minutos. Ya les cojo en bajada, eso pensé.

 

La pájara de mi vida

En el intento de recortar distancias en la bajada arriesgué demasiado y me pegué una caída bastante fuerte de espaldas. El terreno estaba húmedo y lleno de barro, pisé una piedra y resbalé. Con el golpe en la espalda me quedé sin respiración y continué como pude pero ya me había entrado el miedo y a esto se sumaron la humedad y el calor. Al final fue un cocktail perfecto para una buena pájara, la más dura y larga que he vivido.

La sensación era de mareo, nauseas, pesadez… hubo ratos que no podía correr ni en llano, me descolgaba por las bajadas agarrado a los árboles y resbalando entre piedras y matorrales. Me perdí en varias ocasiones y me desorienté totalmente. En algunos avituallamientos hasta preguntaba en qué km estábamos, se ve que se me había olvidado que llevaba un reloj…

La verdad es que fueron momentos muy duros, me sentía impotente y frustrado ante lo que tenía delante y pensé varias veces en abandonar. Si no lo hice es porque soy muy cabezón y quería terminar, así que me olvidé de “competir” y activé el modo supervivencia. Asumí que iría perdiendo posiciones pero que tenía que llegar a meta.

Así transcurrieron al menos otros 20kms o más, no tengo referencias de nada, iba en otro mundo.

Sobreviviré: De avitu en avitu

Con estas sensaciones me limité a sobrevivir entre un avituallamiento y el siguiente. Los voluntarios y la gente que se concentraba en estos puntos me animaban y hacían que todo fuera un poco más llevadero a pesar del mal cuerpo que llevaba. Lo bueno es que al dejar el modo competición a un lado, me di la oportunidad de disfrutar, en ocasiones, de las increíbles vistas que ofrecen estos cañones. No he corrido por un sitio igual, eso de que son montañas “al revés” es totalmente cierto. Una auténtica pasada.

Tratando de disfrutar algo del paisaje y de no caerme muerto, me fui arrastrando entre los puntos de control, bebiendo y comiendo para intentar recuperar fuerzas. Finalmente llegué a una carretera que bajaba a una presa, creo, ahí había un avituallamiento donde recargué de todo, cogí naranja, bebí refresco y salí.

Después de unas escaleras de bajada empezaron otra vez las subidas y sorprendentemente iba corriendo.

Este muerto está muy vivo

Me di cuenta de que iba recuperando un poco de ritmo y no quise apretar, me mantuve constante y fui poco a poco avanzando y mejorando. No había rastro del 5º por ningún lado, pero con mi vuelta a la vida volvieron mis ganas de competir y empecé a mirar atrás otra vez. No le llegué a ver en ningún momento, no estaba ni cerca, pero todo ruido que oía me hacía subir la marcha. Al llegar a meta me dijeron que le llevaba 40minutos en los controles… y yo corriendo como si me persiguiera alguien.

En estas fui avanzando y volviendo a disfrutar, todo el mundo me daba ánimos y así da gusto correr, aunque vayas al límite. La buena lectura que saco es que, a pesar de todo, bebí bien, comí bien y no tuve problema alguno de calambres, ni llegué muy deshidratado ni nada. Sólo una pájara como un camión, poco más.

El calor era fuerte y la humedad también, para tratar de sobrevivir me echaba agua por encima en cada avitu y paraba a refrescarme en los riachuelos, cascadillas, fuentes y charcos que iba encontrando por ahí.

El final más largo de mi vida

Como he dicho antes, aquí las montañas están “al revés” y, si en una carrera al uso acabas bajando con las patas que te quedan, en esta es todo lo contrario: guarda patas que vas a tener que acabar en subida. Los últimos kms no dieron tregua y hubo que seguir apretando, sobre todo mentalmente. Acostumbrado a dejarme caer por las cuestas para llegar a meta, esto de tener que subir y subir y subir y subir… y seguir subiendo hasta el final fue agotador.

En algunos avitus me decían “vas muy bien, mejor que el tercero, si aprietas le coges” pero yo no tenía para apretar, tenía para llegar eso sí. Así que simplemente me limité a avanzar.

Un truco que uso en estos momentos en los que parece que los kms no pasan es ir contando, tan sencillo como suena. Si veo que puedo correr todo el rato voy contando cada 4 pasos: 1,2,3,4… así hasta 60 y miro el reloj. Si veo que no puedo correr todo el rato por la pendiente voy haciendo intervalos de 30 andando y 30 trotando. A veces repito la melodía de una canción todo el rato en mi cabeza, hablo conmigo mismo… aquí cada uno tendrá sus estrategias para no volverse loco supongo.

foto por Carlos Elías

Meta a la vista

Por fin entré en las calles del pueblo, recuerdo a un señor que andaba por ahí, justo antes de entrar, en algún huerto, que me miró con cara de “dónde va este atontao con estas pintas”.  Aquí empecé a mirar el reloj cada centímetro que avanzaba: quedan 999 metros, 998, 997…

Se oía ya la megafonía de meta y me quedaba remontar una última calle, cuesta arriba claro, no vaya a ser que te relajes.

La gente de los bares me empujó hacia el final donde, para culminar la broma, había que saltar unos escaloncitos de una fuente antes de entrar, por fin, al arco de meta. Aquí uno sube hasta el último metro de carrera.

Allí pude parar, respirar y dejar de contar hasta 60. Ese momento en el que llegas a meta y ya está, qué momento más saboreado y más bonito.

Los 3 primeros

Poco después de llegar fue cuando me enteré de con quién me había querido yo partir la cara. Resulta que 34 minutos antes que yo, habían llegado juntos Jesus Bermejo “Susi” y Francisco Javier Gonzalez, dos bestias pardas del trail que tienen más kms en las piernas que yo en 10 vidas y que se han metido en podiums con atletas de la talla del mismísimo Jim Wamsley, Miguel Heras o Jokin Lizeaga. Poco me parecen 34 minutos de diferencia tal y como fue mi día. Pero no acaba aquí la cosa, a tan solo 6 minutos de mi, entró Santiago Mezquita, otro histórico del trail. Yo ni les conocía, es lo que tiene ser nuevo, pero ya no se me olvidan.

Dicho esto, mi cuarto puesto me sabe a gloria, me sabe mejor que un primero en otro lado. Aquí os dejo mi perfil de STRAVA por si queréis cotillear esta carrera y otros entrenos que subo.

CRÓNICA DEPORTIVA SECRETOS DEL DUERO ULTRA

Oro Jesus Bermejo y Cristina Constantin.

SECRETOS DEL DUERO – ALPIN ULTRAS 2023: ORO 53K JESUS BERMEJO Y CRISTINA CONSTANTIN


ULTRA SECRETOS DEL DUERO 2023: Resumen

La verdad es que no tengo ninguna pega a esta carrera ni a su organización, por quejarme de algo, me quejaría de lo dura que es pero oye, eso ya lo sabía cuando me apunté y ahora llorar no sirve de nada.

El marcaje estaba perfecto, los avituallamientos abundantes y completos con muchísimos voluntarios dispuestos a ayudar y a empujarte, la animación maravillosa con gente de todas las edades, así da gusto. A nivel paisaje es un tesoro lo que hay allí, merece mucho la pena ese sufrimiento.

Por último una recomendación, tomaros una tapa de jeta en algún bar del pueblo, las agujetas no te las quita pero está de lujo.

Próximos objetivos

Ahora como siempre necesito recuperar para volver a apretar. En la mente por supuesto están las otras dos maratones de Alpin Ultras: Canfranc y Costa Blanca. Pero antes hay cositas interesantes, la primera será en Mayo, donde me adentraré en tierras vascas para correr DomusaTecknik40MLK. Toca ponerse las pilas que ahí va a haber muchísimo nivel y es hora de medirme con los mejores, estoy lejos aún, pero voy recortando distancias.


SECRETOS DEL DUERO DESDE DENTRO

EN RADIO TRAIL

Nuestro podcast trail running repasa hoy la cara y la cruz de esta carrera, tan bella como espectacular, con la campeona Cristina y con el hombre de hierro de los populares, un Jacinto González que no habia abandonado jamás una Alpin Ultra desde 2016…hasta que ayer, tuvo que plegar.

Dale al play >> SECRETOS DEL DUERO, DESDE DENTRO: CARA Y CRUZ.  

 


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