Ultra trail: París – Londres a la carrera. 420km corriendo en 6 días. Crónica personal por Emilio Comunero

El trail running y las carreras de montaña no son lo mismo, aunque a veces puedan confundirse. En el trail running corremos por senderos, caminos y carreterillas locales; por bosques, pantanos o desiertos…haya o no haya montañas. Aquí hemos tratado ya otras grandes aventuras de Trail running ajenas a las montañas, como el Marathon des Sables los 250km de la Badwater Ultramarathon por el Valle de la Muerte.  Hoy traemos la crónica en primera persona de los 420km París – Londres a la carrera realizados por Emilio Comunero  y Juanma Median, con Luis Martín haciendo el apoyo en bici. La travesía fue larga y la crónica tambien lo es, para recoger la montaña rusa de emociones vividas en en la preparación y desarrollo de la aventura. Vale la pena leerla y saborearla por completo, de veras. Si esto no te inspira… 🙂

Paris Londres corriendo emilio comunero 2013 Paris Londres corriendo emilio comunero 2013 10

De Paris a Londres . Historia de una aventura, por Emilio Comunero

Presa de Asuán. Egipto. Septiembre de 2002.

Unas cervezas encima del barco, y charlas de viajes. Gus, enamorado de la bicicleta y el cicloturismo me comenta su viaje años atrás de Paris a Londres por carreteras comarcales.  Sin más ayuda que unos mapas y unas alforjas

En ese momento, la idea de poder enlazar las dos ciudades corriendo ya me había taladrado el cerebro y se me había cincelado como las figuras en piedra que tenía delante. 

Outback, Kununurra, Australia. Mayo de 2010.

Una tienda de campaña recién mojada por la tormenta. Las piernas doloridas por la etapa del dia, y charlas de carreras, aventuras, planes, …-

– Juanma, yo tengo en la cabeza hacer de Paris a Londres corriendo algún día. No se cuando, ni de que manera, pero lo haré.

– Si vas, cuenta conmigo Emilio. Tiene buena pinta.

Madrid, octubre de 2012.

Suena el teléfono de Juanma, era yo.

– Juanma, ¿recuerdas aquello que te conté en Australia, hace un par de años?. Creo que ha llegado el momento. Estoy un poco frustrado con mi temporada y con no haber podido acabar por primera vez en mi vida una carrera. La de Gales.

– Te dije que contaras conmigo y así será. Pon fechas y lo vemos.

A partir de ese momento fue todo una vorágine. Varios correos a amigos para ver quien se quería unir al reto. Que por fechas sabíamos que era complicado. Los hermanos Kroquetas con nuestro reciente viaje a Gales lo tenían complicado, además de que el objetivo tampoco les apetecía demasiado,  los compañeros del GGM también con problemas de logística, …

Al final solo pudimos dar el visto bueno cuatro corredores y Juanma Medina, Jose Povedano Ppong,  Joaquin Molina Pianista, y un servidor Emilio Comunero. En noviembre ya teníamos el grupo preparado. La idea gusto entre mucha gente, entre ellos Luis Martin, tio de Maria que aunque corredor esporádico le encanta hacer deporte. Le propusimos venir en bici, así además nos podría hacer de apoyo con la logística y demás.

Durante noviembre y los meses siguientes buscamos la ruta y la logisitica. Varias rutas posibles que teníamos que cuadrar con la semana disponible. Salir de Paris hacia el norte y atravesar por Calais en ferry o tren, o bien por el sur para cruzar por Dieppe, la famosa ciudad del desembarco de Normandia.

Llegamos a tener trazado, tirando de Google maps, varias rutas por caminos, distancias diversas, hasta que casualmente navegando por internet descubrimos que en verano se había inaugurado una ruta cicloturista que iba en su mayoría por vías verdes. www.avenuevertelondonparis.com. Dentro de las alternativas que nos ofrecia la ruta elegimos la sur, con unos 420 km. La otra eran demasiado para ir corriendo en 6 dias.

Trabajo de ordenador para diseñar las etapas, en un principio elegimos 4 etapas en Francia y 2 en Reino Unido. Lo que suponía empezar muy suave y acabar con dos etapas de más de 90 km, lo que sugería que era demasiado. Decidimos hacer 3 en cada país. Utilizar las fuerzas del inicio para avanzar más, dejando 3 etapas en Gran Bretaña, con una etapa corta para el final. La idea era hacer 6 etapas, de 90, 85, 60, 85, 55, y 30 km. Con un enlace en ferry el tercer día, de Dieppe a Newhaven.

A partir de ahí y todo por teléfono y correo electrónico, elegimos hoteles para pernoctar, y coordinar la logística para poder transportar las maletas. Enviamos decenas de emails a taxistas contando nuestra aventura y que queríamos transportar nuestras maletas de hotel a hotel. La gran mayoría ni  nos contestaron. Pensarían que era broma. Nos costo bastante cerrar la logística.

También comenzamos la búsqueda de patrocinadores, Juanma se paseo por todos los medios de comunicación locales de Torrevieja, donde es muy conocido y consiguió que nos abrieran alguna puerta. Así conseguimos apoyo del Ayuntamiento de Torrevieja, y de Karts Orihuela.  Además Salomon España, y Running Team también nos ayudaron con material.

La aventura peligra. El mal fario.

En enero, parece que todo se pone cuesta arriba,  Ppong y Pianista, se caen de la cita por temas físicos y personales. El grupo de corredores queda a la mitad. Y cuando parece todo estabilizado, y que el trio sacará adelante la prueba, me empiezo a encontrar mal. Me duele todo y no consigo acabar ningún entrenamiento en condiciones. Acabo de llegar de un viaje por África y me han acribillado los mosquitos, pero no le doy más importancia. Pasan los días y me voy a Panamá salgo a entrenar y voy muerto no puedo con mi alma, algo va mal. Empiezo con fiebre, tiritonas, fatal.

Nada más llegar a España voy al hospital, y como resultado es que tengo un virus tropical por picadura de mosquito. Mi única pregunta fue un tanto estúpida, pero me salió totalmente espontanea, ¿puedo entrenar?. Al medico solo le falto echarme de la consulta. Y llamarme idiota. Total febrero y parte de marzo sin hacer ni un km.

Llamo a Juan y le cuento como está el tema. Teníamos dos opciones, suspender el tema, o tirar adelante. Juanma me dejo abierta la puerta a ambas cosas. Pero yo cabezón hasta el extremo y con todo preparado, con Luis super ilusionado con el viaje decido no echarme atrás, e intentar entrenar como pudiera para estar medio decente. Eso si con el visto bueno del medico y de Maria. La cosa iba a ser más difícil de lo esperado. Pero un par de entrenamientos de 35 km me decían que estaba echo unos zorros.

Con todo decidimos irnos a Paris.

La prueba

El viernes 22 de abril. Llega Juanma a casa con mucha ilusión, al poco rato Luis con su bici lustrosa y lista para irnos.

El sábado amablemente Kike Dragon, nos lleva al aeropuerto con tres maletones como tres soles. Íbamos hasta arriba de material, el pronostico de tiempo no era bueno, de hecho era malísimo. Y ya que nos transportaban la maleta no quisimos escatimar en material.

Al llegar a Paris, paseo por el centro, risas acompañadas de nervios y ansia por empezar. Quedamos con el hotelero para que le diera las maletas a un taxista que contratamos desde España y que no sabríamos si vendría y si todo estaría ok.

A las 5 de la madrugada suena el despertador, y saltamos todos de la cama rápidamente. Era el primer día y teníamos ganas de recorrer las calles de París. 

Nos dirigimos desde los jardines de Luxemburgo hasta la catedral de Notre Dame, donde nos hicimos la foto de la salida, y comenzamos a correr, con algún “piropo” de borracho por el camino.

Paris Londres corriendo emilio comunero 2013 10

La salida de Paris “oficial” rodeaba por los canales de Saint Germain, hasta llegar al rio Sena. Nosotros decidimos hacer una salida turística por el Louvre, Tullerias, plaza de la Concordia, campos Eliseos, Arco de Triunfo para ir al bosque de Bolonia.

Juanma no fue bien, arrastraba un resfriado bastante fuerte que le había dejado tocado y el ritmo era muy vivo ya que en el comienzo estábamos fuertes.

El trote por el bosque de Bolonia amaneciendo fue muy agradable, eso si con un frio gélido, pero la lluvia respetando. Salimos del bosque, y llegamos Surenes, Puteaux, y algún otro pueblo donde nos dimos de frente con un Castillo impresionante. Además el recorrido de salida los primeros 30 km estaba lleno de casas nobles parisinas, que parecían más de cuento de hadas, que de gran urbe europea.

Primera parada a los 30 km a desayunar en un bar. El ritmo era por debajo de 5 minutos/km, evidentemente rápido para ser una carrera tan larga. En el bar lo que fue la tónica habitual, quitarse la camiseta, cambiarse, etc… la gente te mira mal y flipan un poco. Lo que hacíamos enseguida era decir lo que estábamos haciendo, y por arte de magia la gente solía cambiar su actitud rápidamente, flipando un poco.

Despues del desayuno acordamos correr otros 20 o 30 km. Por las riberas del rio Sena, un camino de tierra muy agradable, el bosque Saint Germian de Laye, lleno de corredores con los que encima no te puedes picar porque sabes que te queda mucho camino. AL salir del bosque el impresionante castillo de Chapelle, con foto incluida.

A los 45 km estábamos en Coflans Saint Honoire, junta de los ríos Sena y Oisse, donde se dividen los dos caminos oficiales de la ruta, el del valle del norte y el del sur. Nosotros iríamos por el del sur.

Juanma iba empapado en sudor y nos se encontraba bien. Decidimos parar de nuevo, no teníamos prisa. Se cambio de nuevo de arriba abajo, comimos unos buenos bocadillos, y adelante. Luis siempre con la bici ayudándonos con el agua, con la comida, … y flipando con el ritmo que llevábamos. Esta ultima parada a Juanma le resucito, y empezó a dar cera de lo lindo.

Hasta un pueblecillo que no recuerdo bien el nombre, donde compramos en un mercado local unos plátanos y zumos para reponer, que por cierto me sentaron fatal.  Dede aquí al final de etapa, caminos y carreteras que logramos seguir bien por el GPS que llevábamos con toda la ruta metida, no estaba casi nada indicado. Themericourt, Wy dit joli Village, Maudetour en Vexin, pueblecillos tranquilos de la campiña normanda, donde pasamos callejeando y disfrutando del dia. Hay que decir que no en todos los sitios nos trataron bien ni fueron tan amables y donde dos corredores sudorosos y un ciclista no eran demasiado bien recibidos, pero por norma general fue lo contrario.

El ultimo tramo del primer dia se acabo haciendo un podo largo, alguna confusión de camino, hasta que 9:30 despues (8 quitando las paradas), llegamos a Villarceaux, con 90 km en las patas. Lugar entre dos castillos espectaculares y un campo de Golf en mitad de un paisaje idílico

Nuestro lugar de reposo era una granja ecológica. Un sitio que era punto de encuentro de chavales de colegios, empresas, o simplemente gente que se quería perder en el campo. Estábamos prácticamente solos. Muy cómodos en un sitio genial. ¡Y LAS MALETAS HABIAN LLEGADO!

Los daños de la primera etapa era pocos, un pelin de fatiga, yo molestias en la rodilla derecha, pero poca cosa. Juanma mucho mejor de su resfriado y Luis ni se había enterado con la bici.

Nos pusieron una cena espectacular que apañamos sin desperdiciar ni un bocado, todo comida natural y ecológica. AL decirles que al dia siguiente a las 5 de la mañana nos íbamos nos dejaron hasta el desayuno puesto.

A la mañana siguiente todos hicimos un poco de pereza al sonar el despertador, ya había menos ganas de madrugón. A mi por la noche me había dolido la rodilla y me preocupaba, era solo el primer dia y tenía molestias. El parón de dos meses te hacen no estar en forma y que las sobrecargas lleguen antes.

Desayunamos y con frontales en frente salimos por una carreterita. Tenía la fascia lata muy tocada y me dolia mucho al correr. Así que poco a poco intenando que se calentara, me preocupaba mucho y pensaba que si el segundo dia estaba así, sería imposible llegar a Londres. Sería una putada, me llame mil veces imbécil por haber corrido tanto el dia anterior.

Poco a poco fui trotanto y calentando la zona. Pasamos Gisors, donde sale el desvio a Vernon (pueblo donde esta enterrado Monet), siguieno el curso del rio Epte, por un carril bici muy bien balizado, pero de asfalto. Nos metimos 25-30 km a un ritmo bastante decente, Juanma mucho mejor de su resfriado iba más cómodo que el dia anterior. La lluvia también respeta hoy. Luis iba tranquilisimo con la bici y con el roll de ayudarnos todo el rato. Parando cada vez que le pedíamos sin separarse un metro. Se hicieron interminables las rectas de carril bici, y solo rompia la monotonía algún pueblo.

Café en Gisors donde tampoco fueron demasiado amables con nosotros, y pista….así hasta neuf marche, por carreteras segundarias, y algún que otro castillo de ricachon.

Aquí tuvimos la anécdota del dia antes de llegar a Neuf Marche. Vemos a un ciclista de frente con alforjas, y Juanma empieza a gritar ¡Paralo, páralo! Dice el tipo: No me pares, no me pares pisha….. total que era un andaluz afincado en Reino unido haciendo el recorrido en sentido inverso.

Comimos unos bocatas tirados al frio sol de Neuf marche. Menos de 4:30 para la mitad de la etapa, a pesar de todo y de mi cansancio no íbamos mal del todo. Entre neuf Marche y Gournay en Bray, recortamos porque el camino oficial da un rodeo absurdo por asfalto para unir los caminos del norte y del sur. Café en Gournay, km 53 del dia y para coger fuerzas para los últimos 27.

Nuestro objetivo era Forges les eaux ese dia. Decidimos ir por la carretera ya que el mapa ponía camino en proyecto y daba mucho rodeo. Fue uno de los peores tramos de toda la ruta. Un camino lleno de camiones, con poco arcén, carretera muy peraltada. Fue un autentico calvario para todos. Estábamos cansados, Luis ya no podía venir con nosotros y tenía que tirar y esperar cada dos km, además del frio que ya iba haciendo. Se nos hizo eterno, y cada vez me dolia más la fascia lata. Me toque para masajear y casi me voy al suelo de la flojera y el dolor.

Poco a poco a ritmo ya bastante pobre conseguimos llegar al hotel. Habíamos tardado 10 horas y pico para 80 km. Más que el dia anterior. Unas 9 horas netas…pero el dia estaba salvado. Nos metimos un buen cuscús además de una buena siesta… y muchas risas, entre batalla y batalla. Cada vez que sonaba el despertador nos costaba más levantar el cuerpo. A mi no me dolio nada por la noche, me tome un ibuprofeno por la noche para descansar bien.

Salimos con el frontal para lo que sería la tercera etapa. De nuevo por carril bici, en una antigua via verde que están rehabilitando. Al comenzar a eso de 500 metros me dolia un empeine, el derecho, supuse que sería el cordón y lo solté. Pero nada de nada. Era un dolor muy intenso que me impedia correr de manera natural. Llevábamos además la espada de Damocles de llegar al ferry en hora. Habíamos quedado con el taxi a las 14.:00 hora teníamos 60 km por delante. No podía correr. Luis y Juanma hablaban y yo iba callado, no decía nada. Iba malhumorado, me tenía que parar cada dos km.

Así poco a poco recorrimos los primeros 40 km, cuando el dolor remitia, me ponía a hablar, incluso bromear, hasta que vimos que si llegábamos con mucho tiempo al ferry, entonces paramos a desayunar. El asfalto ya dejaba huella en las rodillas, yo sali con rodillera estabilizadora que me presto Juanma, y funcionaba. Me repetia una y otra vez que yo no estaba para hacer esa distancia pero que no abandonaría hasta caerme al suelo. Muscularmente iba bien y Juanma claramente cada vez a más. Yo pensaba que se aburriría de mi ritmo y yo intentaba correr todo lo que podía.

La entrada  a Dieppe con mucho frio, fea, ciudad portuaria, mil cruces, nos teníamos que parar todo el rato. No me gusto. Pero al llegar al pueblo la cosa cambia, pueblo costero medival, precioso, lleno de barcos, vida, callejuelas. Aquí casi ya no corrimos disfrutando del lugar. Serían los ultimos 3 o 4 km. Hasta el ferry.

Nos metimos en la “estación” y típico despliegue. A los cinco minutos llega el taxi con las maletas con media hora de adelanto, como nosotros. Perfecto. Tercer dia salvado y sin lluvia. 60 km en unas 7 horas y algo con las paradas. El traslado en el ferry fue tranquilo, cuatro horas tumbados, reponiendo fuerzas, como pudimos. Comida en el propio ferry, pasta, fish&chips, y cervezas!!!

AL llegar a suelo Ingles, un frio especacular, en parte por la humedad. Arrastramos las maletas hasta el hotel donde nos metieron en el “palomar”. Luis estaba un poco cansado y con regular cuerpo del Ferry, por lo que Juan y yo salimos a por la cena. Unas pizzas para llevar, lo único que quedaba abierto. Con el cambio de hora decidimos salir más tarde, al dia siguiente. Es decir ya de dia. En línea recta Newhaven y Londres deben estar cerca, pero la ruta es endemoniadamente retorcida y teníamos nada más y nada menos que otros casi 200 km por suelo inglés.

Juanma tenía razón y el descanso relativo del dia anterior nos había sentado muy bien. Los primeros km iban por la costa y salimos como motos. Sin cansancio aparente, ¡hasta que nos metimos al interior!. Por una carretera secundaria o terciaria, llena de coches que nos pareció muy peligrosa. A pesar de que teníamos sensación de estar corriendo mucho, las perdidas constantes, y las paradas, por coches, cruces, etc.. hacían que el ritmo fuera n muy lento. Eso si los pueblos típicos ingleses era chulísimos, cada casas era de museo. Pero teníamos 75 km por delante.

A los 30 km me dio un hambre voraz y en Poltage lo único que atravesamos era un MacDonals y eran las …9 de la mañana. Yo dije que me daba igual, que tenía que comer o no podría aguantar la etapa. Así que entramos a comer sendas hamburguesas con patatas, ….pero eran las 9!!!! Y solo servían desayunos, eso si de MacDonals,  Así que hamburguesas de huevo frito y bacon, que Juanma decía que no quería y se metió entre pecho y espalday una especia de patata con pinta rara pero que me recompuso. No se que pasaba este dia que o el tiempo corria más deprisa o algo raro porque no avanzamos rápido.

Las intrincadas curvas del camino ingles son para dirigirte a los transitados trails Cukoo y Groombrige, antiguas vías de tren reconvertidas en vías verdes muy bien cuidadas, pero asfaltadas en su totalidad.

Íbamos a un ritmo lento, pero nos adelanto una chica corriendo a buen ritmo, sin decir nada, Juanma y yo aceleramos el paso, nos pusimos a su altura, le contamos nuestra película, y seguíamos acelerando, a 4:30, 4:15, …. Hasta que no pudimos más y se fue poco a poco. …. Olia bien la chica es lo que pudimos decir. Luis sabia de antemano que nos picariamos, fue la gracia del dia.

En Heatfield paramos un segundo a comprar algo de comer y cambiar dinero. Fueron cinco minutos pero se me quedo la pierna bloqueada, no podía doblarla, y les dije a mis compañeros que hasta allí había llegado el correr de ese dia. Era un dolor muy intenso, llevábamos 50 km y quedaban 25,…. Salimos del pueblo andando, y parece que al calentar se me fue pasando, y conseguí trotar algo. Me dolían los empeines y tenia que llevar las zapatillas casi sueltas, sin atar. Poco a poco fuimos haciendo km, trotando muy lento, yo no hacía más que mirar el GPS, veía que el pueblo no llegaba, y al haber salido más tarde la noche nos iba alcanzando. Juanma intentaba tirar pero yo iba muy justo.

Pasamos el km 75 y el GPS decía que aun nos quedaban 10 y una hora de luz… la etapa tenia más de los previstos y quizá llegaríamos con las linternas. Intenté correr todo lo que pude y con media hora de margen con el sol y 85 km llegamos a Forest row. Por mi parte muy cansado, pero más que eso con dolores en rodillas, empeines, etc… Juanma también empezaba con molestias en las rodillas, demasiado asfalto. Hasta Luis estaba cansado.

Llegamos al hotel, pregunto por la reserva, ni rastro, por las maletas ni rastro… y no estaba dispuesto a dar un paso más. No podía, mi cerebro había hecho todo el esfuerzo del mundo y no quería dar un paso más. El estado de fatiga me hizo no darme cuenta que mi hotel era el del otro lado de la calle. Cruzamos y en el hotel, que más parecía un bar del oeste americano nos atendió el bromista dueño, que no se daba cuenta que no teníamos muchas ganas de bromas. Pasamos el resto de tarde descansando y cenando. Solo quedaban dos días, lo más duro había pasado, o eso pensábamos.

La quinta etapa eran 55 km, por lo que decidimos no madrugar. De Forest Row a Coulsdon. El cansancio ya era acusado y sobre todo las molestias articulares del duro asfalto. Intentas correr por cualquier minúsculo tramo de tierra pero el dolor te hace que tu estabuilidad sea muy mala.

En Inglaterra aprovechan las rutas ciclistas del país, la 21 y luego la 20 para llevarte hasta Londres. Cuando te acercas a una gran ciudad el camino se vuelve más hostil, pero desde mi punto de vista la ruta logra salvarlo muy bien, excepto la zona aeroportuaria de Gatwick. Pero pocas alternativas habrá. Carril bici, mezclado con trozos de tierra es lo que nos fuimos encontrando.

Yo creo que a estas alturas tanto a Juanma como a mi nos dolían demasiado las rodillas y en mi caso cualquier excusa era buena para parar. Además toda la parte inglesa tenia más subebajas. Las bajadas te destrozaban las rodillas a cada paso, las subidas costaban por la falta de energía, y no consigues coger ritmo. Me tome un par de ibuprofenos para tratar de mantener la compostura, porque cuando cada paso se te hace un suplicio, cada km es un infierno y una etapa entera es un mundo. Comentamos mil y una vez lo fácil que es un entrenamiento de 40 km y lo duro que se hace cuando ya vas destruido.

Con más coraje que fuerza llegamos a Cousldon, a un hotel dentro de un campo de golf, es lo que encontramos fácil y “barato” por internet, que quedara en el camino. No pegábamos demasiado en ese sitio. Tardamos unas 7 horas y media, y nos dio tiempo a comer y cenar. El dia siguiente sería el ultimo. En teoría estaba conseguido.

Afortunadamente dejamos solo 30 km para el ultimo dia, para poder llegar pronto a Londres. Desde Coulsdon ya son todo calles y parques de Londres, barrios periféricos interesantes para un  corredor que no lo conoce, pero imagino que muy anodinos para vivir allí. Parque de las Ocas, parques y paseos urbanos, todo lleno de casas tipo Mary Poppins, y yo cantando la canción de la bruja novata que habla del barrio de Portobello, ¡juan se que canto faltal! El dolor de rodillas me hace cada vez correr peor, las piernas estiradas para no mover mucho las rodillas, los empeines destrozados del cambio de pisada, las plantas doloridas, pero olor a Londres. Lo que parecían sobre el papel 30 km de disfrute y gloria fueron 25 km de calvario y 5 km de gloria. Atravesamos por primera vez el rio Thamesis hacia Hyde Park. Me duele todo pero me acuerdo del mosquito tropical, de la presa de Asuan, de mi conversación con Juan en Australia, miro a Luis, le doy un toque en la espalda a Juanma y le digo que lo hemos conseguido. Si, no puedo evitarlo, me emocione, me callo una lagrima de alegría.

Paris Londres corriendo emilio comunero 2013

Corrimos por Hyde Park, foto de un japonés en Buckinghan Palace que alucina al enterarse de donde venimos. Corremos por Saint James antes de volverá cruzar el rio para entrar directamente al big ben. Antes de atravesar el rio nos acicalamos, cojo mi pendón morado de castilla y me lo ato al hombro. Corremos por el puente del big ben muy contentos, la familia y amigos de Juanma están allí. A mi me corre un escalofrio, y me acuerdo de Maria y Paula, las echo mucho de menos

Juanma rompe a llorar de emoción como un niño, Luis y yo estamos con una sonrisa de oreja a oreja, la gente nos mira con cara extraña. Miro a Juanma y le doy las gracias por esperarme y por entender mi mierda de estado de forma. Damos las gracias a Luis por su ayuda. En un momento dado le digo a Juan, ¿vuelta?, lo dije de broma pero en el fondo con pena de que todo aquello acabara. Tanta preparación de todo para acabar en un momento. El resto del dia fue paseo, comidas y alguna cerveza. Nos lo habíamos ganado.

 Una vez pasado todo, me siento feliz, por muchas cosas. Haber acabado es una de ellas, pero hay muchas más. Poder hacer lo que te gusta. Que mi familia me apoye en ello. Disfrutar de correr como el primer dia y estar una semana después deseando volver a correr y entrenar. Esto no es un deporte es una forma de vida.

Me gustaría dar las gracias a toda la gente que nos ha apoyado todo este tiempo. Además en el caso de Juanma y mio debemos unas gracias especiales a Luis, sin el todo hubiese sido mucho más complicado, nos ha ayudado con la bici, parando a veces en exceso, pero con una sonrisa y un buen hacer muy especial, sin duda le debemos una muy grande.

Otra vez gracias a la gente que nos ha ayudado como el ayuntamiento de Torrevieja, Kart Orihuela, y Salomon Running. Corren tiempos difíciles por lo que toda ayuda vale mucho más.

Cuando se acaban estas cosas te dejan un vacio, vacio que debes llenar con otro reto. En ello estamos y cuando madure lo escupiremos fuera para compartirlo.

Emilio Comunero, corredor de ultrafondo.

____________________________________

PARÍS – LONDRES CORRIENDO 2013. Galería fotos por Emilio Comunero

_________________________________

MÁS SOBRE LAS CARRERAS DE ULTRA TRAIL Y MATERIALES.

Aquí nuestra sección especial de Ultratrail en Carrerasdemontana.com

Análisis y pruebas a fondo de material para ultra trail y carreras de montaña

Ofertas especiales online material para trail y montaña, aquí

_________________________

Info redactada por Mayayo Oxígeno para Carrerasdemontana.com