Tags
Me gusta correr por el monte
Hace unos años, andaba por el monte con mis botas y mi piolet. De cuando en cuando veía bajar vertiginoso a mi lado algún “insensato” a la carrera sobre las peñas, sin mas parachoques que unas zapatillas raídas y sus propias manos. Al dejarme atrás, me sumía en una ventisca de “división de opiniones”.
Pasó el tiempo, y poco a poco yo tambien fui mutando en uno de aquellos sinsentidos que triscan por las nieves y las rocas casi a pelo. Si antes me hacía esa pregunta, ahora soy más a menudo quien la recibe.
¿Por qué te gusta correr por el monte?
Cómo explicarlo…tantas respuestas habrá como corremontes, me temo. Lo que no tiene es remedio. He intentado dejar aquí algunos fogonazos, pequeños momentos de felicidad que me ha tráído esta tara.
¿Y a tí, por qué te gusta esto?
Sí, supongo que yo también veía como a locos los que corrían por el monte.
¿Por qué? Supongo que porque es una forma de correr que me ayuda a descubrir lo mejor de mi. Las carreras de asfalto nunca me han requerido tantas dosis de concentración como cuando corro por el monte. Poner los cinco sentidos en lo que estás haciendo, y hacerlo bien durante mucho tiempo, es agotador, pero también muy gratificante.
jaja, conozco esa sensación, Commedia. Es mas, quizá por eso la parte que más me gusta en las ultras de monte es el correr por la noche, bajo las estrellas. Bucólico, si, pero con todos los sentidos puestos en lo que te rodea, para no acabar rodando 🙂
¡Están locos estos romanos!